Un libro admite infinidad de materiales, además de papel. Estas páginas van tejidas a dos agujas, con hilos distintos de lana y algodón en el interior y en las cubiertas. Para unir las páginas he usado encuadernación «de bisagra», con pequeñas agujas de madera. Con las hebras se entrecruzan fragmentos de papel, algunos escritos con frases del poema «Tejedoras», de Julio Cortázar.
Un homenaje a los gratos momentos pasados entre amigas, alrededor de una mesa, tejiendo durante horas. Y hablando.
